lunes, 11 de mayo de 2009

Reflexión en mitad de la carrera 8.3.06

¿Es que no levanto cabeza? ¿Es que no adquiero entereza después de haberme dado cuenta de lo que encierra mi cabeza? ¿Cuánto tiempo más voy a necesitar para despertar esas cosas que me hacen ser un atleta de la vida? Corriendo de aquí para allá sin rumbo ni destino esperando a que me guíen el camino, ¡NO! El camino lo crearé yo, yo marcaré mi ritmo, y sólo yo podré determinar cuando habré ganado mi carrera, porque sólo yo sabré contra quien me habré enfrentado, y sólo yo podré decir quién me habrá ayudado, quién habrá estado a mi lado cuando lo haya necesitado. Nadie me parará, sólo me detendré al final del camino, donde ya no pueda sufrir más, sino, contemplar como haya sido mi caminar en éste campo de juego, donde, a pesar de que unos ganan y otros pierden, todos juegan, no hay nadie que se quede en el banquillo. Todos tenemos una oportunidad, tarde o temprano, de hacer una buena jugada y marcar el gol de nuestros sueños, ese tanto k siempre recordaremos con alegría, y nos dará renovadas esperanzas para seguir jugando, aunque vayamos perdiendo.Mírame y dime: ¿Qué has hecho por ti, por tu vida, qué has intentado hacer para que todo vaya bien? da igual… Da igual lo que hayas intentado, lo que de verdad importa en nuestros días, en nuestra carrera, es lo que se haya conseguido, y da igual cómo, también da igual a quién se lo hayamos arrebatado, o lo que hayamos tenido que dejar de dar a algunos para conseguirlo nosotros. Pero todo eso da igual cuando a nadie le importa… Y si le importa a alguien o a unos pocos, da lo mismo, no van a conseguir nada contra la ávida y caníbal muchedumbre que cada día pide más carroña, y cuanto más les dan, más ambicionan tener. Pero llegará el día en que el valor de esos pocos, significará la última victoria y la ruina, de los que se afanan en tenerlo todo, en poseer hasta al que tienen a su lado.

1 comentario:

  1. No te falta razón tio, preparo un texto en el que trato de explicar la sociedad actual segun dos bandos, el de los desilusionados y el de los ilusionados. Hasta que nos volvamos a leer.

    ResponderEliminar